¿Te cuesta relacionarte con las personas?, ¿tienes miedo de quedarte sin palabras o hacer el ridículo? Te damos unos consejos
(EFE). Te cuesta estar en lugares con mucha gente, sueles evitar el contacto con las personas y prefieres quedarte en tu zona confort en vez de tomar riesgos. Y si a esto se suma síntomas como sudor, temblor, aumento del ritmo cardíaco, de la temperatura o enrojecimiento, pues podrías padecer de ansiedad social.
"La ansiedad es una emoción normal que nos pone en alerta cuando anticipamos una posible amenaza. Pensamos más deprisa y nos activamos a nivel fisiológico para tener más recursos que nos permitan actuar de una manera más diligente", señala Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.
El especialista explica que existen varios tipos de ansiedad. La que se considera normal, surge ante situaciones como un examen, "donde al principio puedes pasarlo mal al creer que vas a suspender, pero entonces estudias, te activas, te concentras más y después en la propia prueba piensas muy rápido y escribes más deprisa".
SITUACIÓN DE RIESGO
Sin embargo, Cano advierte que cuando la ansiedad se experimenta a niveles demasiado altos, dura en exceso o no es adecuada a las situaciones, produce un bloqueo del rendimiento, en lugar de ayuda. "Entonces la ansiedad ya no es tan adaptativa y empieza a haber un desorden emocional", subraya.
Quienes padecen de este trastorno, llamado ansiedad social, "tienen miedo de hacer cosas normales delante de otras personas. Por ejemplo, pueden temer firmar un cheque frente a la cajera del banco, comer o beber delante de otros o usar un baño público", detallan los especialistas del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
Del mismo modo, el doctor Cano comenta que quienes tienen este trastorno "lo pasan mal en cualquier situación en la que haya amenazas subjetivas para ellos. Para unos, la amenaza son los extraños; para otro, tener que comer sopa delante de otras personas porque le tiembla la mano; para un tercero, ponerse rojo cuando le presentan a alguien. Otras amenazas son no saber qué decir, sudar demasiado, etc".
QUÉ NO DEBES HACER
Según explica el doctor Cano, las personas con ansiedad social cometen varios errores. "Uno de ellos es de tipo interpretativo, consiste en pensar que su conducta no es apropiada, aunque los demás consideren que sí lo es".
"En segundo lugar, hay un error o sesgo de tipo atencional, que hace que el sujeto esté todo el tiempo pensando en su problema", comenta.
Asimismo, señala que estos dos desajustes, el interpretativo y el atencional, hacen que aumente la alerta, la ansiedad y la preocupación por quedar mal.
Pero quienes padecen ansiedad social también suelen cometer la equivocación de atribuir a los demás sus propios pensamientos.
"Los demás van a pensar que soy tonto porque no hablo, porque solo digo cosas insulsas. O bien, los demás me van a rechazar si doy algún signo de ansiedad como el temblor", son algunos de los ejemplos que pone el doctor Cano. "Son pensamientos propios, pero se los atribuye a los demás, a las personas que están en esa concreta situación social", agrega.
En este sentido, el especialista asegura: "cuantos más errores cognitivos tenga esa persona, más van a aumentar los signos de ansiedad, como la preocupación, el temor, la inseguridad y la sensación de que los demás están pendientes de ella".
Por todo ello, muchas personas con ansiedad social tienden a evitar las situaciones en que se tienen que reunir con otras personas.
No obstante, el doctor Cano señala que evitar esos momentos "es negativo, porque se refuerza el miedo. En cambio, exponerse a ellas puede ser terapéutico si previamente se van corrigiendo los errores cognitivos".
Para enfrentarse a estas situaciones, el psicólogo insiste en que "hay que pensar mejor".
CONSEJOS Y PAUTAS DE CURACIÓN
Para los sujetos que viven este tipo de situaciones, el doctor Cano ofrece algunos consejos prácticos de cara a la Navidad.
La idea primordial es corregir los errores cognitivos que pueden ser de varios tipos:
1) SE VA A NOTAR MI ANSIEDAD
Este es un error recurrente. Sin embargo, el doctor afirma que la ansiedad, por lo general, no se nota.
2) TODOS ESTARÁN PENDIENTES DE MÍ
"Esto no es así", comenta el experto. "Los demás no están pendientes de tu conducta. Eres tú el que está pendiente de tu propio actuar y no debes estarlo", precisa.
3) NO SABRÉ QUÉ DECIR
Ante esta afirmación, el psicólogo recomienda hablar de cualquier cosa que se nos ocurra, en lugar de darle vueltas.
4) ME RECHAZARÁN POR MI ANSIEDAD
Esto tampoco es cierto. "Tú no rechazas a los demás cuando los notas nerviosos, sino que sientes empatía por ellos", asegura.
Además, el especialista aconseja a las personas con ansiedad social centrar su atención en la fiesta y no en sus propios pensamientos.
"Si te centras en tus pensamientos, tu ansiedad va a aumentar. Pero si centras tu atención en la conversación, no vas a pensar en tus errores y estarás más a gusto", subraya.
"En general, es necesario cambiar la interpretación. Las fiestas son para divertirse, no para ir a sufrir. Todo el mundo tiende a pasarlo bien y tú también puedes hacerlo", les dice a las personas con ansiedad social.
5) EL ALCOHOL NO ES LA SOLUCIÓN
"Aunque el alcohol desinhibe, no lo uses para reducir tu ansiedad", destaca. Asimismo comenta que, si bien una dosis pequeña puede ayudar, emborracharse es un error si se trata de comportarse adecuadamente en situaciones de relación social.
El especialista insiste en que el alcohol no resuelve el problema, al contrario. Señala que algunas personas con ansiedad social también han desarrollado problemas de alcoholismo.
Del mismo modo, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos expone que puede darse un problema de abuso de sustancias si la persona afectada intenta "automedicarse" por su ansiedad.
SE PUEDE CURAR TU ANSIEDAD
"La ansiedad social tiene cura", afirma categóricamente el doctor Cano, quien asevera que para superar este trastorno "hay que ponerse en manos de especialistas bien cualificados que apliquen tratamientos probados científicamente".
"Hay tratamientos eficaces, pero las personas con ansiedad social los demandan muy poco porque se avergüenzan de su problema, no quieren hablar de ello, no quieren acudir a un especialista y, a veces, ni siquiera quieren reconocer que lo tienen ", detalla.
Por el contrario, el doctor Cano insiste en que no hay que confiar en quienes prometen milagros: "No hay que fiarse de quienes afirman resolver el problema en una sola sesión, ni fiarse de técnicas que no se han validado, como la hipnosis".
El especialista concluye que "los grupos de autoayuda, por sí mismos, tampoco funcionan. La cura, insisto, pasa por ponerse en manos de psicólogos cualificados".
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