Un estudio reciente aporta nuevos y esclarecedores datos sobre cómo los humanos percibimos y reconocemos música, además de abrir una línea potencial de investigación sobre la posibilidad de que ciertos tipos de aprendizaje puedan reforzar la memoria, e incluso refrenar el declive cognitivo, en personas mayores.
Se sabe que interpretar una melodía en vez de sólo escucharla, o decir unas palabras en voz alta en vez de sólo oírlas o leerlas, refuerza la capacidad de recordar esa melodía o ese texto. Desde hace mucho tiempo, los científicos han debatido si este efecto es debido a recuerdos motores, como por ejemplo el de una secuencia particular de movimientos de los dedos en las teclas del piano, o si se debe simplemente a un fortalecimiento de los recuerdos auditivos, como por ejemplo el de cómo debe sonar exactamente la melodía.
Para el nuevo estudio, el equipo de Caroline Palmer y Brian Mathias, de la Universidad McGill en Canadá, reclutó a veinte pianistas expertos. Se pidió al grupo que aprendiera melodías simples mediante el recurso de escucharlas varias veces o bien recurriendo a interpretarlas varias ocasiones en el piano. Los pianistas oyeron entonces todas las melodías que habían aprendido, conteniendo algunas de ellas notas incorrectas en esta audición posterior, mientras se medían las señales eléctricas de sus cerebros utilizando electroencefalografía (EEG).
Las mediciones por EEG revelaron que esas melodías que los pianistas habían interpretado con anterioridad generaban en los cerebros de estos, unos 200 milisegundos después de que sonasen las notas incorrectas, cambios más grandes en las ondas cerebrales y una actividad motora mayor, en comparación con lo que ocurría cuando las notas incorrectas sonaban en las melodías que los pianistas antes habían escuchado pero no tocado.
Esto indica que el cerebro también compara la información auditiva entrante con la información motora almacenada en la memoria, reforzando así la capacidad de la persona para reconocer si una melodía es o no idéntica a otra.
Los resultados de este estudio aportan por tanto nuevas evidencias de que los recuerdos motores desempeñan un papel vital en la capacidad de reconocer música cuando ésta ha sido previamente interpretada por la persona.
Parte del trabajo de esta investigación se realizó en el Centro de Investigación en Neurociencia de Lyon en Francia. Entre los autores del estudio también figuran Barbara Tillmann y Fabien Perrin.
Fuente: www.noticiasdelaciencia.com
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